Para hablar de amor creo que no hay palabras más contundentes que:

“Casi todos pueden aprender a pensar o a creer, pero ningún ser humano puede ser enseñado a sentir”

E.E. Cummings

Nunca imaginé que elegiría el amor como tema para este número. En el presente parece ser algo más reprimido que celebrado. Hace algunos meses me di cuenta de cómo el amor funge como un sentimiento que nos hace trascender en el tiempo. Es una energía que crea y destruye. La tragedia de William Shakespeare de Romeo y Julieta ha sido sinónimo de como el amor tiene este poder y capacidad de ser trascendental, inclusive después de la muerte.

Esta ideología y sentir llegó a mí rotundamente, convivimos tanto con él que se nos olvida que ahí está. Amar es sentir, valorar, sacrificar y entregar. Esta edición sirve para recordarnos que el amor es suficiente para poder expresarnos y ser quienes realmente somos, que un acto de amor puede cambiar el curso de nuestra propia historia y de nuestro contexto.

Cualquiera puede realizar un gesto de amor y este es nuestro principio, lo glorioso del amor y sus diversas manifestaciones y formas porque esto es lo vital de amar: no hay reglas ni estructuras.

Gabriel Valdez Félix